¿Por qué dos profesores universitarios arriesgan su vida, viajan lejos de su familia y prescinden de lo material para montar un hospital en Nepal, y allí salvar vidas?
Esta es la pregunta que vertebra la historia de UN HOSPITAL ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA. Para encontrar una respuesta nos adentraremos en un viaje geográfico, pero también emocional. Un viaje desde el pirineo aragonés al Lhotse, del valle de Benasque al valle del Khumbu; pero, además, un viaje de ilusión y de amor a la montaña.
http://unhospitalentreelcieloylatierra.com/lapelicula.php
El documental “Un hospital entre el cielo y la tierra” está articulado alrededor de la larga experiencia de Aragón como tierra pionera y referente en todo lo relacionado con la asistencia a los enfermos y accidentados en montaña. Una experiencia que arranca hace siglos, ya que Aragón creó, desde sus inicios como Reino, toda una infraestructura asistencial y de rescate, para atender a quienes recorrían sus caminos. Ese era sin duda el objetivo de Ramiro I (1035-1063), primer rey de Aragón, y de su hijo y sucesor Sancho Ramírez, al encomendar a las Órdenes Militares del Hospital de los Pobres (Hospitalarios) y del Templo de Salomón (Templarios) de Jerusalén, una especie de Guardia Civil de su tiempo, la seguridad, en el más amplio sentido, de los caminos de su Reino. Era Aragón un territorio vertebrado por la cordillera pirenaica y no por el río Ebro, como ocurre ahora. Así que no es de extrañar que los hospitalarios, se dedicasen a construir una serie de Hospitales y Hospicios (entendidos tanto en el sentido de atender enfermos y accidentados como en el más elemental de hospiciar u hospedar), a uno y otro lado de los grandes puertos de montaña (a una jornada de marcha) por los que atravesaban los principales caminos y vías de comunicación del Reino. Pero los usos de la montaña cambiaron y con la llegada del montañismo como actividad lúdica, las gentes ya no se limitaron a atravesar la cordillera pirenaica por los caminos establecidos durante siglos para actividades comerciales, militares, de peregrinaje o simple tránsito, sino que se internaron en las montañas ansiosas por subirlas. La explotación masiva del turismo y los deportes de montaña, hizo necesaria la profesionalización y adecuación de los equipos de rescate, medicalizando tanto a ellos, como a los refugios y otras instalaciones de montaña. Es a una nueva “Orden militar”, la Guardia Civil, la encargada -como mil años antes lo fueron “los hospitalarios”- de la seguridad de los caminos de su territorio. Su doble misión como rescatadores y policía judicial, pronto se manifestó fundamental en estos menesteres, llegando en pocos años a ser considerados como uno de los mejores servicios de rescate en montaña del mundo.
Faltaba la medicalización y para ello, era preciso formar a médicos y enfermeros adecuadamente, para que fuesen capaces de acompañar con garantías a los equipos de rescate. Nacieron así, en un esfuerzo solidario y conjunto de todas las instituciones implicadas (Gobierno de Aragón, Guardia Civil, Universidad de Zaragoza y Federaciones Española y Aragonesa de montañismo), los Cursos Universitarios de Especialización en Medicina de Urgencia en Montaña (CUEMUM) y el Master en Medicina de Montaña que de él deriva, en el que desde hace 17 años, se forman los profesionales sanitarios que medicalizan el rescate en montaña no solo en Aragón (a través del grupo de montaña del 061), sino en toda España y otros lugares del mundo.
Este es el que se llama “el modelo aragonés de rescate en montaña”, que se quiere exportar a otras Comunidades Autónomas españolas y a Nepal, otro País de Montañas, a través de la Fundación Pasang Lhamu del citado país.
Las antiguas Clínicas de la Facultad de Medicina de Zaragoza vieron nacer, a finales de los años 60 del siglo XX, un grupo especializado en la patología de la montaña que, andando el tiempo, jugaría un papel protagonista a nivel mundial. Don Ricardo Lozano Blesa, Catedrático de Cirugía de la Facultad de Medicina de Zaragoza entre 1953 y 1976 era, además de un magnífico cirujano y Jefe de Servicio de la especialidad en aquellas clínicas, un gran aficionado a la montaña. Esta afición que compartía con otros miembros de su familia, quizás por aquello de que “
en Aragón, el que no es montañés es montañero”, le llevó a ser uno de los socios fundadores del Club Montañeros de Aragón en el año 1929, primer Club de Montaña creado en Aragón,
al objeto de facilitar y propagar el conocimiento y estudio exacto de las montañas aragonesas, procurando el fomento y desarrollo de la afición a la montaña y sus deportes. No es de extrañar que en este contexto, Don Ricardo se esforzase por estimular entre sus jóvenes colaboradores la inquietud por la entonces incipiente medicina de montaña. Algo que caló especialmente en el Dr. JR Morandeira, entonces un joven médico y montañero, que asumió ya en aquellas Clínicas de la Facultad de Medicina la preparación de los aspectos médicos de las primeras salidas organizadas (entonces expediciones) de los aragoneses a montañas extraeuropeas (Atlas-68, Hoggar-70, Taurus-74, Huandoy-77).
Las inquietudes de Don Ricardo en el campo de la medicina, le llevaron a conseguir, durante su etapa de Rector accidental en 1972, la construcción en Zaragoza de un nuevo Hospital Clínico de mil camas, en sustitución de las obsoletas “Clínicas” de la Facultad. Este Hospital, que hoy ostenta merecidamente su nombre, fue inaugurado en 1975 y asumió desde el primer momento las inquietudes ya citadas en medicina de montaña. Así, los miembros de la primera expedición aragonesa al Himalaya (Baruntse-80), fueron examinados contando con los mejores medios de la época, antes y después de la expedición, en el nuevo Hospital Clínico Universitario, que asumió también su medicalización sobre el terreno. La expedición fue todo un éxito. Se abrió una nueva vía de ascensión en aquella montaña -
Arista de los aragoneses- y se marcó el camino de la importante actividad lograda por los aragoneses en el Himalaya durante estas tres últimas décadas (1981-2011). Desde entonces, el montañismo aragonés ha contado con el apoyo técnico y profesional, así como de material sanitario, del Hospital Clínico Universitario “Lozano Blesa”, muy intensificado en las dos últimas décadas en los aspectos preventivos, formativos y asistenciales.
El prestigio conseguido en este campo por el Hospital Clínico, ha rebasado nuestras fronteras, llevándolo a ser considerado como “hospital de referencia” en todo el Estado Español, Europa y Sudamérica para el tratamiento de las congelaciones, patología de la que cuenta con más de cuatrocientos casos. Los facultativos del equipo multidisciplinar que atienden a los alpinistas son autores de decenas de publicaciones al respecto, tanto nacionales como extranjeras destacando, entre otras, sus aportaciones al empleo de la RMN para el control de las alteraciones producidas en el cerebro humano por la exposición repetida a la hipoxia de la gran altitud, el empleo de la gammagrafía isotópica para el diagnóstico precoz de las congelaciones, o las técnicas de reconstrucción de la mano tras las amputaciones consecuencia de las congelaciones. Además, se ha realizado el estudio y control médico de más de una veintena de expediciones a las montañas más altas del mundo, entre los que se incluyen casos tan singulares y específicos como la estancia de Fernando Garrido en la cima del Aconcagua para batir el récord mundial de permanencia en altura. Todo lo cual ha sido motivo, además de las publicaciones, de la celebración de varios Congresos Nacionales específicos sobre Medicina de Montaña, de uno internacional y de la única reunión celebrada en España por la Comisión Internacional de Socorro Alpino (CISA-IKAR), máxima autoridad mundial en todo lo relativo a la asistencia a los accidentados en montaña. Profesionales de los servicios implicados del HCU en el seguimiento de los alpinistas, junto con otros expertos forman parte del Grupo de Investigación
Salud y Seguridad en la Montaña, reconocido por el Gobierno de Aragón en 2008, de carácter multidisciplinar, pionero en España, con capacidad para abarcar, desde el ámbito de la Investigación Científica, la Aplicación Práctica y la Formación, los aspectos físicos, psíquicos, deportivos, asistenciales, de prevención y formación, seguridad y riesgo, y alto rendimiento de los usuarios de la montaña.
El Hospital Clínico Universitario de Zaragoza, consciente de la importantísima labor formadora que como Hospital Universitario tiene asignada, ha completado la divulgación de sus hallazgos asistenciales y de investigación con la formación de especialistas en la materia, de los que se beneficia el resto de España. Los profesionales de los servicios que colaboran en estas tareas participan también como profesores en el Máster en Medicina de Montaña y de la Extrema Periferia, Estudio Propio de la Universidad de Zaragoza, transfiriendo a los alumnos los avances y conocimientos adquiridos. Este Máster está reconocido como de interés estratégico para la Comunidad Autónoma.
Durante 2011, se rodaron las imágenes en Astún y Nepal, con equipos de cinematografía digital con una resolución de 4,5K (más de 4 veces el HD) y audio estereofónico de sonido ambiente directo. Equipos tecnológicos y humanos de Aragón que se probaron por primera vez en las condiciones extremas del Himalaya del Nepal. Se rodaron más de 35 horas con tecnología RedOne, para montar una película de hora y veinte minutos. Por cuestiones de financiación, de momento, sólo se ha podido hacer un cortometraje de 18 minutos, con entidad propia, pero que a su vez es un avance de la película-documental cuya edición y producción está a la espera de un patrocinador. Es obra del director y realizador aragonés Javier Calvo y del director de fotografía Sergio de Uña, a partir de una idea de José Ramón Morandeira y Mª Antonia Nerín. Se ha financiado desde los CUEMUM (Cursos Universitarios de Especialización en Medicina de Urgencia en Montaña) de la Universidad de Zaragoza y con el patrocinio del Departamento de Industria e Innovación del Gobierno de Aragón, que ha apoyado con 15.000 euros esta iniciativa a través del Instituto Aragonés de Fomento (IAF).
En el documental participan alpinistas españoles de prestigio internacional (Edurne Pasabán, Juanito Oiarzabal, Carlos Soria, entre otros), médicos aragoneses, rescatadores y nativos sherpas que exponen su visión personal sobre la montaña, los montañeses y el montañismo.
JR Morandeira y MA Nerín
El Consejero de Industria e Innovación del Gobierno de Aragón y presidente del IAF, Arturo Aliaga, presentará el cortometraje el lunes 11 a las 11 de la mañana en el Centro de Tecnologías Avanzadas del Gobierno de Aragón. El acto será también un homenaje al recientemente fallecido José Ramón Morandeira. Habrá una segunda proyección el mismo lunes 11 a las 19 horas.